Saltar al contenido

“Objetivos para TOLEDO”

MANUEL MARTÍNEZ

Toledo desde la noche de los tiempos, caracterizado por ser una ciudad hegemónica para sus poblaciones, manteniendo una solvencia total en cualquiera de sus estamentos: social, cultural, políticos y religiosos.

Ya desde las Edades de Piedra y del Bronce, con el desarrollo de la etnia Carpetana, hasta su máximo exponente, en los primeros días de la invasión árabe, se constituía una numerosa colonia a escasos metros de la actual Ciudad Imperial, al otro lado del Río Tajo: el conocido Cerro del Bú, al que una de sus leyendas lo identifica como el Cerro de Belcebú o más común como el Cerro del Diablo.

Estábamos por aquel entonces en terreno prerromano o visigodo, con ramificaciones de las etnias indoeuropeas entre las tres que tenían su presencia en Hispania, aún sin esa denominación en aquella época.

Inmediatamente vendría la derrota de los visigodos y el dominio por la invasión árabe de la vieja piel de toro de la Hispania romana. Setecientos años pasarían los invasores árabes en la península ibérica.

Toledo, entonces Tolaytolá, en fase de final de creación, fue sitiada y conquistada posteriormente nada menos que por el Califa cordobés Abderramán III, de la dinastía de los Omeyas que ejerció el poder, primero en Damasco y después en Al Ándalus, con capital en Córdoba.

El Cerro del Bú, tuvo su protagonismo ya que el propio Abderramán III, estableció en el cerro, su lugar estratégico para el asedio de Toledo -desde 930 al 932, asedio que resultó infructuoso hasta la primera toma de la ciudad por huestes de las taifas extremeñas del Emir Al-Mutawakkil ibn al-Aftas, casi medio siglo después.

Aparte de seguras épocas de esplendor de la Ciudad en esos tiempos, cuando realmente TOLEDO escribió, viviéndolo, su gran destino en la Historia, fue a partir de la «toma» por fuerzas realistas leales a Carlos I en el año 1521 que junto a su hijo y descendiente Felipe II, constituiría el inmenso Imperio Español, que abarcaba desde las tierras del Nuevo Mundo, recién descubierto, tres decenios antes, y hasta lugares de Asia y la Islas Filipinas, haciendo realidad la frase de ese Siglo de Oro, de que en “España no se pone el Sol”. 

Andando los siglos, henos aquí en el XXI de todos ellos, y con sociedades que sufrieron, disfrutaron, sobrevivieron, desaparecieron, remontaron, volvieron a caer, y así, en un zigzag vital hasta nuestros días con situaciones ganadas y otras mejorables. De estas últimas, son de la que intentaremos hacernos cargo para anunciar su presencia y colaborar con todos en su promoción y desarrollo práctico ideal. En eso estamos y para ir enumerando con su ayuda todos los objetivos mejorables por y para Toledo.

Izquierda Cerro del Bú. Centro Río Tajo. Derecha Carreras de San Sebastián

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies